Sakyar, aquel que todo es, al percatarse de que sus dos bienamadas creaciones, a las que denominó hijos, habían iniciado una cuenta atrás que ni siquiera él podía detener, se preocupó en exceso.
Fue entonces, por tercera vez, que una parte de sí mismo se separó, dando origen a la última de las altas dimensiones. Seguir Leyendo