Cada 23 de abril, en Cataluña y otras partes del mundo, se celebra el Día de Sant Jordi con rosas, libros y una historia que parece grabada a fuego en el imaginario colectivo: un caballero heroico vence a un dragón feroz para salvar a una princesa. Un relato con todos los ingredientes del mito caballeresco, ideal para cuentos infantiles y gestas heroicas.
Pero ¿y si todo lo que creíamos saber estuviera equivocado? ¿Y si el dragón no fuera el villano de esta historia, sino la víctima de una narrativa escrita por vencedores?
En este artículo, nos adentraremos en los oscuros pliegues de la leyenda para poner en tela de juicio el papel del dragón. Porque tal vez el verdadero monstruo no escupe fuego… sino palabras. Seguir Leyendo