El 1 de marzo nos dejó una de las figuras más emblemáticas que ha dado la humanidad, el inigualable maestro Akira Toriyama. Un icono para mí, tanto, que dentro de mi vocabulario se han quedado frases y sonidos para siempre e incluso los heredó mi propia hija de tanto escucharlos. Me siento devastada. Fue, es y será de las mayores influencias que he tenido. Creo que es el momento de ofrecerle un modesto homenaje por mi parte para devolver todo lo que me ha aportado su imaginario. Intentaré aportar un diminuto grano de arena en honor a su magnífica obra.
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Entrada publicada originalmente el 9 de marzo de 2024 @ 19:09