Hace unas semanas compartí en el blog la leyenda de La dama de los ojos sin brillo. En esa ocasión se trataba de una historia de carácter popular que sucede en las calles de Toledo. Pero en esta ocasión quiero hablaros sobre La ajorca de oro uno de los cuentos más conocidos de Gustavo Adolfo Bécquer cuya trama también sucede en la ciudad imperial.
Aunque no es una leyenda considerada de terror, se puede catalogar como dramática, ya que por su ambientación y desarrollo posterior, puede generar cierta desazón o angustia mientras se lee.
Se publicó originalmente en el periódico El contemporáneo el 28 de marzo de 1861.
¿De qué trata?
La leyenda se centra en dos personajes: Pedro Alfonso de Orellana y María Antúnez. Un día el joven apuesto se encuentra a la mujer llorando desconsolada. Pedro le pregunta el porqué de su tristeza. La joven le dice que se ha quedado muy impresionada al ver la ajorca de oro que posee la Virgen del Sagrario que está expuesta en la catedral en plenas fiestas patronales y que la quiere para ella. En un principio el muchacho se espanta ante semejante propuesta, que puede hacer cualquier cosa por ella, pero que robar a su santa patrona, no. Al final acepta.
El joven se encuentra de noche en la catedral y el aspecto sombrío y vacío del espacio sagrado le aterra. Pedro sube a la primera grada de la capilla mayor y se topa con la tumba de los reyes. Se acerca al altar y comienza a subir. La imagen de la Virgen está iluminada por una lámpara. Pedro siente un temor muy extraño; así que cierra los ojos para no ver el rostro de la Virgen y le arranca la ajorca de oro. Pedro tiene la pulsera en la mano, pero le da miedo abrir los ojos y ver la imagen. Cuando al fin los abre, grita. A su alrededor hay multitud de estatuas que avanzan hacia él, por lo que al borde de la locura, pierde el conocimiento.
Finalmente, cuando los trabajadores de la catedral entran, ven a Pedro a los pies del altar de la Virgen con la ajorca en la mano, loco de atar.
¿Qué nos quiere decir esta leyenda?
Personalmente, creo que es un cuento bastante breve, aunque en realidad, si se extendiese más, se perdería en otros aspectos que no son necesarios y no se centrarían en la trama, adornando la historia.
Bécquer rasca en las profundidades del alma, tanto la de la mujer como la del hombre. El personaje femenino, nada más empezar el cuento lo cataloga como “caprichoso” dando a entender que a María se le ha metido entre ceja y ceja el conseguir la ajorca, aunque lleve a Pedro a cometer un “delito” o un “pecado”. Por otro lado, menciona al chico como supersticioso y valiente. El joven se encuentra ante un desafío con el que pone en juego sus principios y valores.
Sabe que no está bien, pero claro, María es su amor y es su capricho. Tiene que dárselo.
Aquí tiene importancia el papel de la mujer como embaucadora y el hombre como el hacedor de sus deseos. Tal es su angustia y su pesar que el joven al entrar en la catedral el terror que siente le paraliza; al mismo tiempo cuando sabe que está obrando mal, cierra sus ojos, aunque finalmente termina al borde de la locura a causa de la culpa y sus alucinaciones.
Personalmente es una de las leyendas que más me gustan del maestro Bécquer. Como he comentado en el artículo, es una de las más cortitas, pero resulta interesante como, en tan poco, el autor, puede contar tanto.
¿Conocíais este cuento? ¿Qué os ha parecido? ¡Nos seguimos leyendo!
- La ajorca de oro: leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer – 14 de noviembre de 2024
- Historias basadas en la Noche de Ánimas – 1 de noviembre de 2024
- Halloween, su histórico origen – 30 de octubre de 2024
Arkana dice:
Una leyenda misteriosa donde entra en juego todo lo bueno y malo del ser humano, incluida la superstición.
Sandra Gómez Moreno dice:
Como siempre, muchas ganas por leernos. Un abrazo muy grande.
Gemma N. Escarp dice:
Muchas gracias Arkana por tus aportaciones.